La llamada 'revolución conservadora' fue, en los años ochenta, una enérgica y duradera reacción ideológica de la derecha norteamericana ante los efectos de la oleada progresista de los años sesenta.
Aunque el objeto central es exponer el vigoroso renacer del conservadurismo político y del liberalismo económico, este libro tiene su arranque en el legado de George W. Bush, el heredero político más fiel de Ronald Reagan, para, desde el presente, echar una ojeada al pasado reciente de Estados Unidos.
A lo largo de este tiempo, la sociedad norteamericana ha quedado marcada profundamente por los valores de 'la revolución conservadora' –la familia, la religión, el aborto, la oración en las escuelas, el individualismo, la bandera y la nación como metáforas de la familia ampliada– representados políticamente por el Partido Republicano, que se ha mostrado ultraconservador en lo moral, ultraliberal en economía, imperial en lo militar, unilateral en política exterior, diplomáticamente agresivo, expoliador con los países del Tercer Mundo, depredador con la naturaleza, insensible con el medio ambiente e imprudente respecto al cambio climático. La reacción conservadora ha sido una decidida marcha atrás, que políticamente ha llegado hasta enero de 2009, pero desde el punto de vista de la economía y, desde luego, de la ideología, puede perdurar todavía unos años.